FUERZAS ARMADAS DE HAITÍ : CAPACIDADES-LIMITACIONES-COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Durante mucho tiempo vacilé antes de tomar la palabra para hablar de la inseguridad, un tema que es objeto de debate desde hace más de tres (3) años, todos los días e incluso varias veces al día.
Nos perdemos en conjeturas sobre el problema, analizado desde todos los ángulos para llegar a conclusiones más pertinentes que otras. Uno tiene la impresión de dar vueltas en círculo, “cuanto más cambian las cosas, más siguen igual”, y entonces se da cuenta de que las cosas van de mal en peor.
Efectivamente:
Es evidente que los criminales son cada vez más audaces. ¿Y por qué no? porque ven, al igual que nosotros, que por un lado los medios puestos a disposición de la PNH (Policía Nacional de Haití) son claramente insuficientes y, por otro, la negativa a equipar y armar a las Fuerzas Armadas haitianas ha sido evidente hasta la fecha.
También es evidente que las bandas proliferan en todo el país, especialmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
Está claro que el número de bandas no es nada desdeñable.
También está claro que están bien abastecidas de armas y municiones por redes que operan en Haití y en el extranjero, especialmente en países con gran capacidad de producción.
Está claro que el pueblo haitiano sufre terriblemente la situación, con sus hijos e hijas, hombres y mujeres de todas las edades, abandonados al apetito sanguinario de los bandidos.
Está claro que ni siquiera los agentes del orden se salvan de la ferocidad de los bandidos.
Sobre todo, está claro que la comunidad internacional no parece conmoverse ante los gritos de angustia del pueblo haitiano.
Hoy, 28 de junio de 2023, el pueblo haitiano parece abandonado a su suerte.
¿Qué hay de las respuestas de nuestras fuerzas de seguridad nacionales?
Me perdonarán por considerar aquí únicamente el caso de las Fuerzas Armadas haitianas, ya que el Director General de la PNH es uno de los conferenciantes.
Así pues, en el caso de las FADH, nos corresponde hablar de sus capacidades, de sus limitaciones y de la cooperación exterior.
Las FADH derivan su legitimidad de la Guerra de Independencia. Cuando el ejército de Toussaint Louverture tuvo que rendirse al ejército expedicionario francés, el general Jean Jacques Dessalines, aprovechando las realidades de la época, fue capaz de lograr la unidad de mando, expulsar al ejército de Napoleón Bonaparte y proclamar la independencia de Haití. Es un hecho innegable: el ejército haitiano es el progenitor del Estado de Haití.
Gracias a esta acción extraordinaria del General, hoy podemos enorgullecernos de este patrimonio inestimable.
Consagrado por la Constitución enmendada de 1987, la Institución Militar haitiana ha sido establecida por la historia y por el apego fuertemente expresado y renovado de la gran mayoría de los ciudadanos, particularmente en este período de crisis multifacética en el que su seguridad es precaria, por decir lo menos, dado que pende de un hilo.
El 18 de noviembre de 2021, un alto oficial de las FADH cristalizó los sufrimientos de la población con lágrimas de legítima revuelta ante el cinismo y la indiferencia de todas las partes, impotentes para dar respuestas adecuadas a la inseguridad. Esto nos lleva a la espinosa cuestión de nuestras capacidades operativas.
Sobre este tema podemos decir que contamos con una fuerza de unos mil quinientos (1500) hombres y mujeres. En teoría, esto debería permitirnos movilizar tres (3) batallones tácticos, siempre que dispongamos de las armas y el material adecuados.
Somos un ejército embrionario, pero existimos. Y a pesar de nuestra indigencia, hacemos frente a nuestras responsabilidades, resistimos. Estamos consiguiendo limitar los daños, a pesar de nuestros limitadísimos recursos.
NUESTRAS LIMITACIONES
Aunque las cifras anteriores hablan por sí solas, repasemos las misiones constitucionales de las FADH para hacernos una mejor idea. Según nuestra Constitución, las misiones de las FADH son
Defender al país en caso de guerra
Proteger al país contra toda amenaza exterior
Vigilar las fronteras terrestres, marítimas y aéreas
Echar una mano a la PNH, a petición razonada del Ejecutivo, en caso de que ésta no pueda desempeñar sus funciones
Asistir a la nación en caso de catástrofes naturales
Participar en tareas de desarrollo
Así pues, surgen algunas preguntas pertinentes:
¿Qué recursos serían necesarios para vigilar los 1.771 kilómetros de costa?
¿Qué recursos serían necesarios para controlar eficazmente los 380 kilómetros de nuestra frontera terrestre?
¿Cómo garantizar la cobertura aérea de nuestro territorio?
Por cierto, el plan a medio plazo es ocupar el territorio nacional mediante cuatro (4) regiones militares: el Oeste, el Centro, el Gran Norte y el Gran Sur.
COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Ecuador fue el primer país en ofrecerse. Y nuestro cuerpo de ingenieros pudo beneficiarse de ello. Después vino México, con formación en México y en el propio Haití. Junto con Taiwán, hemos recibido una importante ayuda en forma de material militar.
Oficiales y alistados están recibiendo formación militar en Argentina.
Brasil y Francia han mostrado interés, por no hablar de varios países africanos más recientemente.
Estas señales, aunque positivas, están lejos, muy lejos, de tranquilizar al pueblo haitiano. Y con razón, porque es evidente que no responden a la urgencia de la situación. Por un lado, las declaraciones de buenas intenciones se suceden, pero no van seguidas de acciones. Por otro, los responsables extranjeros no ocultan su hostilidad hacia la Institución Militar haitiana. Por consiguiente, no se vislumbra en el horizonte ningún rayo de esperanza serio y decisivo. Es una situación que está alimentando a las bandas, con todas las consecuencias que ello conlleva.
Haití es un país muy enfermo al que se le niega cualquier tratamiento acorde con su estado. Además, si observamos a ciertos actores extranjeros, vemos que no quieren implicarse porque no quieren verse envueltos en el atolladero haitiano. La única alternativa válida y razonable en este caso sería proporcionar a nuestras fuerzas nacionales la formación, el armamento y el material necesarios para que podamos enfrentarnos a los bandidos. Pero tampoco parece interesarles tal opción. La obligación imperativa de prestar ayuda a un pueblo en grave peligro no parece aplicarse en el caso de Haití.
¿Qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer?
Llegados a este punto de nuestras reflexiones, es importante recordar ciertas declaraciones que hicimos no hace mucho, el 18 de noviembre de 2020. Dirigiéndonos a las tropas, dijimos (ndt, en créole):
mi deber y mi obligación como Comandante en jefe, es hacer todo lo posible para conocer bien nuestra misión, estar bien entrenado y bien entrenado para defender el país…
…. En la Batalla de Vertières, no hubo marcha atrás, no hubo separación, caminábamos codo con codo, a pesar del mal tiempo, a pesar de los cañonazos que caían como lluvia, avanzábamos con empeño hasta la victoria final.
Con el espíritu de Vertières, respetamos nuestro juramento, nuestro compromiso de trabajar con el pueblo haitiano, para el pueblo haitiano. 18 de noviembre de 2021
En 1879, el Presidente François Denis Legitime se vio obligado a escribir un libro titulado “EL EJÉRCITO HAITIANO, SU NECESIDAD Y SU MISIÓN” para defender la existencia de un ejército en Haití.
El ejército haitiano fue disuelto en 1915 y desmovilizado en 1995.
Removilizado en 2017, sus enemigos aquí y en el extranjero se esfuerzan por negarle su derecho a existir.
No hace falta ser un gran clérigo ni un experto para darse cuenta de que las actuales limitaciones impuestas al ejército tienen un impacto directo y muy perjudicial sobre la seguridad de los haitianos, la integridad del territorio y la situación socioeconómica del país en general.
Como no dejamos de proclamarlo, el pueblo haitiano es nuestra razón de ser. Por eso nos comprometemos a mantener esta simbiosis: “Ejército/Pueblo, Pueblo/Ejército; porque de ello depende nuestra supervivencia”.
Todo esto es para recordar, para decir, para gritar al pueblo haitiano que estamos ahí, que estamos disponibles.
¿Qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer?
El entorno hostil al que nos enfrentamos hoy no es nada nuevo. Si queremos superarlo, debemos tomar las riendas de nuestro propio destino y dotarnos de los medios morales y materiales para hacerlo. Esto no está fuera de nuestro alcance. Recientemente, la Asociación de Militares Haitianos nos recordó las famosas palabras del Presidente Dumarsais Estimé (ndt, 1946–50): “Feliz Malentendido, paguemos los 5 millones” (ndt 3) Así que ¡empecemos por confiar en nosotros mismos para seguir vivos!
Creo firmemente que ahora estamos en condiciones de recaudar varios “cinco millones” para poder equipar a nuestra Policía y a nuestro Ejército.
Las organizaciones de la sociedad civil ya han marcado el ritmo.
Gracias
Teniente General Jodel Lessage, FADH
Comandante en Jefe del Ejército
Referencias & Notas:
La Universidad Quisqueya, en colaboración con la Universidad de Ottawa, Diálogo Interamericano (IAD), el Colegio de México (COLMEX) y la red de universidades públicas regionales (UPR), organizó la conferencia internacional sobre la seguridad en Haití, celebrada los días 28 y 29 de junio de 2023 a través de la plataforma digital Zoom.
La Batalla de Vertières fue la última batalla importante de la Revolución haitiana. Tuvo lugar el 18 de noviembre de 1803 entre el ejército haitiano indígena y las fuerzas expedicionarias francesas enviadas por Napoleón en febrero de 1802 con el objetivo de recuperar el control de la isla. Fuente Wikipedia
Notas del traductor 1: Constitucionalmente, Haití tiene dos lenguas oficiales, el créole y el francés.
Notas del traductor 2: El Presidente Dumarsais Estimé desempeñó un papel extraordinario en la liberación financiera del país. La población contribuyó con céntimos a todos los grandes proyectos.
Notas del traductor 3: En un discurso emitido el 25 de marzo de 1947 (que pasó a la historia como el “Feliz Malentendido”), el Presidente Estimé hizo un llamamiento al pueblo haitiano para que ayudara a desbloquear la situación y contribuyera al pago de la deuda externa. Se emitieron “ Bonos de Liberación Financiera “ y las suscripciones afluyeron a todo el país. Gracias a esta movilización popular y a un préstamo interno a 10 años al 5%, los préstamos americanos de 1922–23 fueron reembolsados y, el 10 de julio de 1947, la República de Haití puso fin al control financiero de Estados Unidos. El 1 de octubre de 1947, el Banque Nationale de la République d’Haïti se convirtió en una entidad haitiana dirigida por un consejo de administración enteramente haitiano. Fuente Wikipedia, Léon Dumarsais Estimé en francés
Traducción al castellano por Gilbert Mervilus, traductor jurado